27/3/10

Sentimientos...

Hace mucho tiempo que no escribo en el blog. Hay una extraña mezcla de sentimientos que hacen que mi cabeza esté demasiado ocupada como para concentrarse en qué escribir, y eso es un error. Finalmente he decidido escribir lo que salga, y punto.


Han pasado varias cosas desde que escribí la última vez.


NORAH

Ya tiene un año, y está genial. Es una niña muy despierta y muy inteligente que agota felizmente a los abuelos. Para mis padres ha sido un buen motivo de ilusión y están contentísimos con ella, aunque son tantas horas por trabajo de mi hermana que acaban los viernes agotados... pero el fin de semana se recuperan y el domingo ya la hechan de menos...


Norah ya anda cogidita tan sólo de una mano. Es extremadamente curiosa, se gira para mirarlo todo, es muy observadora. Con tan solo un año, hace cosas increíbles.

Hace un par de semanas me quedé con la niña un ratito mientras sus padres y Dani iban a ver una exposición de fotografía. Estuvimos las dos jugando por el suelo, encima de una manta, a tirarnos pelotitas (con la punteria clásica de un bebé, de yo te la mando hacia tí pero inexplicablemente la pelota acaba debajo del sofá...), gateó por el salón, abrió todos los libros que encontró... LE ENCANTAN!!! Estuvimos un buen rato jugando hasta que me llamó Cristina al teléfono. La cojí en brazos para tenerla controlada y hablé con ella unos minutos mientras a Norah le hacía carantoñas. De pronto, mi sobri me miró y dijo "AGUA, GUA". Cris y yo nos quedamos sorprendidísimas. Sus padres estaban ya viniendo con el coche, y yo no tenía ninguna botellita de agua con tetina, así que por miedo a que se atragantase, decidí esperar unos minutos. Pero no, Norah tiene su carácter. Empezó a revolverse cual rabo de lagartija y a balbucear protestando y la dejé en el suelo para que gateara.


La bandida de mi sobrina metió el turbo gateando que ni Fernando Alonso en su nuevo ferrari, y enfiló para su carro. Al llegar, metió las manitas en la bolsa inferior y empezó a mover lo que había. Yo miraba junto a ella a ver lo que quería. Apartó el peluche de la rana Gustavo, y me señaló desesperada una botella de agua que había allí medio escondida, al tiempo que me pegaba un grito protestón, como diciéndome: ¿ves, tía? SÍ QUE HAY AGUA; NO ME ENGAÑES. Me quedé tan alucinada que un microbio de 11 meses hiciera eso, que no reaccioné, y la nena al ver que no se lo daba, lo cogió con una mano haciendo equilibrios. Naturalmente no lo consiguió, y el grito protestón se oyó por toda la habitación. Que carácter. ¡Que sí, hija, que tú de hambre no te mueres y te vas a comer el mundo!!! La cogí en brazos, empecé a darle de beber y justo en ese momento entraron sus padres por la puerta. Se quedaron alucinados con lo que había hecho!!!.


Otro día en casa de mis padres, mi madre empezó a hablar con ella y le preguntó: Norah, quieres un currusco de pan?. La nena puso cara de felicidad, pero mi madre estaba limpiando una pechuga de pollo y le decía: Norah, en cuanto la abuelita termine, se lava las manos y te da un currusco delicioso!. Ay, que ilusa, esta niña es muy despierta y con el taca-taca corre que se las pela. Fue directa a la bolsa del pan y reclamó su currusco ipso facto. Achavo es la niña. ¿Cómo sabe con 11 meses donde se guarda el pan exactamente?. Esperemos que siga así de despierta.


La semana pasada, Norah cumplió un año. ¡¡¡UN AÑO!!! Se me ha caído el tiempo. Pero si hace muy poco que nació!!! pero si hace nada que aún no aguantaba su cabecita!!! pero si... en fin, que la moza está guapísima, y dejo una foto para que veais lo requeteguapa que está y lo bien que me salió la tarta de su cumple.


ADOPCIÓN

El ver todos los días a Norah, como rie, como se divierte, lo cariñosa que es y ver el cariño que recibe... redespierta en mí muchos sentimientos maternales, que según qué día del mes son más fuertes (la naturaleza es muy sabia).

Entregamos papeles en Consellería en noviembre del año pasado, y al mes recibimos la carta de confirmación. ¿Y ahora qué?. Pues a esperar unos 6 o 7 años que calculan que tardaremos en tener en nuestros brazos a nuestro hijo/a.

Es muy fácil decirlo, pero hay que llevarlo día a día. Para Dani creo que es más sencillo. Está en su oficina con el ordenador delante mirando números y más números y de vez en cuando charla con los compañeros de múltiples temas. Llega a casa y nos ponemos a hablar o hacer nuestras cosas. Muchas veces sale el tema de la adopción, y aunque está muy ilusionado, tiene los pies en la tierra, y sabe que tardaremos mucho en ver cumplido nuestro sueño. Así que está esperanzado, ilusionado, pero sobre todo tranquilo y relajado con este tema. No se hace ilusiones de tener pronto un hijo y vive en la realidad. Muy ilusionado, sí, pero en la realidad.


Pero, AY, las mujeres somos más viscerales. Y tu mujer también está ilusionada y esperanzada pero no señor, no estoy relajada para nada. No puedo relajarme porque todos los días veo a niños en mi trabajo, y me ilusionan. Cada día, en mi descanso para comer, estoy con Norah, despertándola de su siesta matutina, cambiándole el pañal, tocándole suavemente su barriguita, dándole la comida. Todos los días tengo algún niño al que achuchar, y esto hace que no quiera ser consciente de la realidad de plazos y de tiempo que lleva una adopción.


Para colmo de males, hay motivos para la esperanza, que creo que son los culpables de que me halla hecho ilusiones. ¡Con lo tranquilita que estaba yo antes de ocurrir lo que ocurrió...!. Antes de lo que voy a contar, también estaba relajada con este tema. Pensábamos que, como en 5 años ni nos iban a llamar para empezar con los cursos, certificados de idoneidad, etc, pues que íbamos a viajar ya disfrutar de cosas que luego, con un niño, son más complicadas de realizar.


Pero en enero estuvimos con Carolina, la sobrina de nuestro cuñado, y nos comentó que una de las personas que ella tenía en sus clases era de bienestar social, y si quería, que le preguntáramos algo o queríamos transmitirle algo. Por supuesto que si!!! en la reunión informativa de noviembre se nos quedaron dudas y no sabíamos a quien preguntar. La pregunta estrella fue: "¿hay algún truco legal que haga acortar los tiempos aunque sea unos mesecillos? ¿Hay que hacer cursos, seminarios... que luego nos ahorren tiempo?"

La pregunta se quedó ahí con el firme convencimiento de que Carolina lo preguntaría si veía el momento pero con la idea de que perfectamente podía pasar del tema y haber quedado como una reina.

Al día siguiente, a las 10 de la noche, Carolina vino a nuestra casa un sólo minuto, para decirnos que le había preguntado, y esta persona había dicho que la llamáramos para ver el expediente.

Nos quedamos como muertos. Si me pinchan no me sacan sangre, porque entre otras cosas, no sabes muy bien por qué quieren ver tu expediente. Había dos opciones, como siempre dice Dani:

a) Es algo positivo y sí hay algo que se puede hacer.
b) Hemos metido la pata hasta el fondo.

La verdad es que estábamos muy tranquilos, pero llamamos y llamamos y allí no cogía el teléfono nadie. Carolina nos llamó, y al saber que no la localizábamos se lo comentó y esta persona nos dio directamente ¡¡¡el teléfono de su despacho!!!. Llamamos y nos dijo que había visto nuestro expediente, que tenía buena pinta, y que quería reunirse con nosotros.

Dani y yo somos muy legales siempre, y teníamos bien claro que no nos iban a saltar la lista de espera simplemente por este hecho. Además, si fuera así, nos hubiera impactado que se hicieran estas cosas con un tema tan serio. Pero claro, cierto nerviosismo sí que teníamos en la reunión. ¿Por qué tenía buena pinta nuestro expediente y por qué quería vernos?.

La reunión fue muy buena, esta señora (no diré su nombre) amabilísima, encantadora, realista y apasionada con su trabajo. Un encanto y un placer conocerla, de verdad.

Nos comentó que los plazos estaban en unos 6 o 7 años, y eso no nos lo saltaba nadie. Que hasta dentro de 5 años no nos llamarían para comenzar los trámites (los papeles caducan a los 3 años, por eso los comienzas a hacer cuando prevén que en menos tiempo te darán a tu hijo/a).

Pero...

¡Oh!, me encantan estos "pero"...

La ley dice que en caso de solicitar un menor y aceptar minusvalía, los trámites deben comenzar lo antes posible, con la idea de que haya padres que esperan, y no hijos que esperan a unos padres.

Y nosotros, después de pensarlo mucho muchísimo, habíamos decidido en noviembre que podíamos afrontar con éxito una minusvalía. Y este hecho, que a nosotros nos parece normal, pues no es normal entre los que van a adoptar, que prefieren un niño sano sanote a uno que tenga "imperfecciones". Hay cosas que realmente, no comprendo. Para nosotros fue una gran tarea de reflexión personal, pensando qué podíamos asumir con calidad y qué no podíamos o queríamos asumir. Incluso nos hizo sentir culpables. A ver...
- Esta enfermedad sí.
- Uy, esto ni de coña.
- Esto para mí no tiene importancia, pero Dani no lo asume.
- Esto lo asume Dani, pero la que no lo asume soy yo.
- Esto lo aceptamos los dos, pero por nuestro estilo de vida debemos de poner NO.
- Esto SÍ que lo asumimos y nos vemos capacitados...

Horrible de verdad, porque si hubiéramos tenido un hijo biológico, no lo hubiérmos hecho "a la carta" como parecía que lo hacíamos en este caso.

Resumiento, que por nuestras condiciones, se nos permite hacer YA los cursos y empezar los trámites, y con suerte pasado el verano ya entramos en lista de espera, de minusvalía.

Eso significa que por ser de necesidades especiales, vamos a tener un hijo en un par de años?. Mira, como decía esta mujer... "durante 4 años he tenido a dos parejas que admitían a un niño con sordera, pero no tenía ningún niño con este problema. De repente, el mes pasado, tuve dos casos"...

Puede ser que seamos idoneos pero el tiempo pase, y pase, y pase, y no haya ningún niño con lo que pedimos, y acabemos en la bolsa de bebés dentro de 7 años... pero el saber que ya empezamos los trámites genera sentimientos contradictorios.

Por un parte, vamos a saber si somo idóneos o no (no quiero ni imaginar estar 7 años de espera y que luego la consellería diga que no nos dan ningún hijo).

Por otra parte, para diciembre a más tardar estaremos en lista de espera y esperaremos... ¿cuánto esperaremos? no lo sabemos. Hasta un plazo máximo de 6 años. SEIS AÑOS DE ESPERA. Para volverse loca.

Si no hubiéramos aceptado minusvalía, pues estaríamos tranquilos pensando que tenemos 5 años para disfrutar de viajar y dormir hasta tarde y que ya luego nos preocuparíamos. Pero teniendo en 1 año los papeles, pues a sufrir toca.

Mi abuela decía: un hijo es una enfermedad de 9 meses y una convalecencia para toda la vida.

Un hijo adoptado te genera una ansiedad mayor de 9 meses, te lo aseguro.

Uff, que bien me ha venido hablar de este tema.